¿Con qué frecuencia la arquitectura trasciende el tiempo, volviéndose cada vez más encantadora con cada año que pasa? En el caso de Ojus Guesthouse, esto es cierto. Ubicada en el apacible paisaje de Hosur, Karnataka, esta casa se involucra en un diálogo poético con su entorno. Surgiendo orgánicamente de la tierra, forma parte de un plan maestro que incluye una fábrica, un huerto de árboles frutales y de coco, y un terreno abierto.
Cuando conceptualizamos un proyecto, dejamos que el sitio nos guíe. La disposición lineal de los árboles de coco inspiró la forma de la estructura, lo que llevó al desarrollo de largas paredes que se extienden desde la cuadrícula. Este enfoque reflexivo minimizó la extracción de árboles y permitió que la casa surgiera como una parte natural del paisaje, al igual que un hormiguero que se eleva desde el suelo.
La sostenibilidad está en el corazón de esta creación, y es evidente en cada decisión de diseño. Las paredes parecen haber crecido desde la misma tierra, debido a los bloques de tierra hechos con el suelo del sitio, fusionándose perfectamente con el paisaje. La disposición escalonada de estos bloques introduce un ritmo a la fachada, rompiendo la monotonía con su textura visual. Estas paredes hacen más que proporcionar privacidad; moldean los espacios internos y facilitan un flujo suave a lo largo de la casa. Además, sirven como barrera contra la fábrica, permitiendo que la casa de huéspedes disfrute de su propia tranquilidad.
El área de estar, flanqueada por patios a cada lado, puede abrirse por completo para fusionarse con el espacio del patio, haciendo referencia a las casas tradicionales. Las paredes horizontales definen los patios y permiten un movimiento fluido a través del plano, encarnando el principio central del proyecto: una conexión con la tierra. Materiales naturales y elementos arquitectónicos tradicionales tejen una narrativa poética a lo largo del espacio, elevando la experiencia cotidiana del usuario. El piso teje una narrativa táctil de azulejos hechos a mano 'Athangudi', Kotah y piedra de granito, reforzando la conexión con el contexto local.
El diseño del techo equilibra la funcionalidad y la armonía estética. Se utilizan tejas dobles de Mangalore para la aislación, regulando el clima interior y mejorando la sostenibilidad. Los porches son soportados por elegantes columnas de madera, restauradas de casas en Karaikudi, Tamil Nadu. Estas columnas, junto con la puerta principal y las ventanas fijas, aportan una sensación de historia y continuidad al diseño, celebrando la artesanía y el patrimonio.
La ventilación natural es clave en la casa, asegurando comodidad durante todo el año. Las alturas dobles en las áreas de estar, comedor y dormitorio permiten una refrigeración natural, mientras que los espacios de techos más bajos están cubiertos con techos planos que cuentan con rellenos de macetas de terracota. Este enfoque reduce la cantidad de concreto utilizado y proporciona aislamiento adicional, resultando en una casa que mantiene una temperatura equilibrada y confortable mientras minimiza su huella ambiental. Se hizo un esfuerzo deliberado para evitar el enlucido, conservando la textura y el color natural de los bloques de barro. Cuando es necesario, se utiliza enlucido de cal.
La luz se convierte en un elemento artístico, filtrándose a través de todo el espacio, transformándolo en un lienzo cálido y cambiante a lo largo del año. La interacción de la luz y la sombra realza la calidad serena de la casa, creando una atmósfera dinámica y acogedora. Esta cuidadosa consideración de la luz natural agrega profundidad y calidez a la casa, elevando la experiencia arquitectónica.
La paz desciende sobre esta casa, resonando con la armonía de su entorno. Dicen que la arquitectura debe responder a su contexto mientras anhela la atemporalidad, y esta morada terrenal asiente en completo acuerdo.